Los ojos del mundo miran a la reserva de litio del salar de Uyuni (Foto: Pierre Ricadat/ unsplash)

Miles de millones de baterías requieren gran cantidad de litio ¿Qué es? ¿De dónde sale?

Guadalupe Rodríguez
7 min readFeb 28, 2020

La intención declarada de evitar la huella de carbono, en línea con la preocupación por el calentamiento del planeta y la subida del precio del petróleo están posicionando al litio como una de las materias primas más codiciadas este siglo.

El boom de esta materia prima responde en gran medida a la proyección del vehículo eléctrico, que dispara la demanda de litio, su uso y la especulación.

Aquí he reunido algunas informaciones básicas sobre el litio.

¿Qué es el litio?

En forma pura es un metal blanco plateado, oxidable y grisáceo que se ennegrece. Encabeza el grupo de los metales alcalinos de la tabla periódica.

¿Cómo se presenta?

Es un componente de sales y otros compuestos químicos. Las sales de litio se encuentran en depósitos subterráneos de salmuera, arcillas o minerales y en mayor concentración (entre mil y tres mil partes por millón) en salares, en forma de carbonato de litio.

¿Para qué sirve?

Son las propiedades térmicas y eléctricas del litio, la gran cantidad de energía que retiene (no genera) y su poco peso lo que convierte al litio en uno de los elementos protagonistas de la llamada revolución energética. La fabricación de baterías es actualmente el sector más demandante y creciente de esta materia prima, al que se destina un 65% de la producción mundial. Otros usos son la fabricación de cerámicas y vidrio, grasas lubricantes, polímeros, refrigerante en reactores nucleares, medicamentos y otros usos menores.

Las baterías requieren carbonato de litio de alta calidad, por lo que para esta industria es importante la eliminación de hierro, magnesio y otros minerales.

¿Cómo se extrae?

En los salares se extrae la salmuera que se encuentra en las aguas subterráneas. Este proceso es el más económico, aunque es largo y requiere perforaciones. Se bombea salmuera a la superficie y se deposita en piscinas en las que se evapora el agua, lo cual requiere entre ocho meses y tres años. El producto se va trasladando a lo largo de varios kilómetros de extensión con utilización de abundante agua y productos químicos. El producto que se obtiene tras un proceso químico es precisamente carbonato de litio o sal de hidróxido que se procesan en plantas.

Sin embargo, en Australia, Estados Unidos o Canadá el litio se extrae a cielo abierto. Una vez extraída la roca, los minerales son sometidos a un proceso de concentración que comprende chancado, molienda y flotación tras el que se obtiene un concentrado de litio en su forma alfa. Este concentrado se transforma por calcinación a otra forma beta, más reactiva. En este proceso se utiliza ácido sulfúrico tras lo cual se forma una mezcla de sulfato de litio, mineral residual y exceso de ácido que se lixivia en estanque para obtener soluciones de sulfato de litio. Estas serán consecutivamente neutralizadas, purificadas y concentradas en evaporadores y tratadas con carbonato de sodio para la obtención final de carbonato de litio.

¿Dónde se encuentra? ¿Son los salares de la región andina: la mayor reserva de litio del planeta?

El litio es moderadamente abundante en la corteza terrestre.

En el mundo estarían identificadas ochenta millones de toneladas de litio, en buena parte localizadas en los inmensos lagos salados de la región andina1. El salar de Uyuni en Bolivia (en la foto arriba) es uno de los depósitos más importantes. Ubicado a más de 3600 m sobre nivel del mar, contendría 64 millones de toneladas de sal con un contenido de nueve millones de toneladas métricas de litio2. Otros salares fuente de litio se encuentran en Atacama, Chile, en Perú y en Argentina, en cuya provincia de Catamarca se encuentra un codiciado depósito: el Salar del Hombre Muerto.

No hay que obviar que estos lugares son desiertos en los que el agua juega un rol fundamental para la vida de las comunidades. A toda esta región ya se la conoce como el triángulo del litio del Cono Sur.

También China y Estados Unidos son países productores junto a Canadá, Australia, y en menor medida Zimbabwe, Brasil o Finlandia. En estos y otros países hay diversas minas en diferentes estadios de desarrollo.

Millones de baterías cada año y la Alianza Europea de Baterías

Como hemos visto, la industria automotriz está apostado decididamente por las baterías de litio3 y a ese uso se suma también el papel que el litio juega en otros sectores de las energías renovables y en las baterías de los diferentes aparatos de comunicación portátil como teléfonos móviles, laptops y en general en todas las nuevas tecnologías que requieren baterías, como los monopatines y bicicletas eléctricas, los drones o las aspiradoras robot.

En este contexto, se encuentra en marcha desde octubre 2017 un impulso estratégico muy amplio, cuyo fin es desarrollar toda la cadena de valor de las baterías en Europa: desde la apertura de minas, pasando por refinerías y fábricas de baterías. Los objetivos declarados de dicha estragegia son: garantizar que todos los europeos se beneficien de un tráfico más seguro, vehículos más “limpios” y soluciones tecnológicas más “sostenibles”.

Para ello, se fomentará la fabricación de baterías dentro de Europa con la intención de dominar el mercado global de las mismas, que actualmente se centra en un 80 % en Asia y un 15% en EEUU.

Este marco institucional es muy poderoso y pretende facilitar y garantizar el abastecimiento de la mayor cantidad posible de litio. Esto significa minería, mucha minería. Pero ¿dónde?

Actualmente, Europa depende casi totalmente de las importaciones para toda la cadena de abastecimiento de las baterías de ion litio y quiere cambiar esta situación abasteciendo al menos parte de la materia prima dentro del viejo continente, de ahí el boom de proyectos mineros solicitados en Portugal y en España.

Problemas ambientales y sociales de la extracción de litio

A pesar de que se relaciona con un futuro “verde” equivalente a millones de coches eléctricos circulando por las calles de las ciudades del planeta, la producción global de litio no está exenta de problemas, afirmación que no debería extrañar a nadie a estas alturas.

La cuestión más importante a considerar en realidad -que es precisamente el que no atienden adecuadamente los políticos y los promotores mineros de los proyectos- es el impacto sobre la naturaleza y las comunidades afectadas por los proyectos mineros, así como el acaparamiento de tierras, pues las mineras cada vez están solicitando más proyectos, en más lugares, y estos interfieren con actividades económicas que ya existen en esos lugares, con las que casi inevitablemente entran automáticamente en conflicto. Algunos de los temas a considerar incluyen la contaminación de las aguas, la destrucción del entorno incluidos los salares y las violaciones de derechos.

Los impactos de la extracción y procesamiento del litio no difieren demasiado de otras actividades extractivas. La diferencia estribaría más bien en el discurso del que viene rodeado relativo a la transición energética contexto en el que se afirma que una vez fabricadas y en funcionamiento, las baterías no emiten gases contaminantes.

Pero esta contabilidad centrada en los gases invernadero excluye emisiones en el resto de su cadena de producción -extracción minera, la fabricación de automóviles y demás aparatos portadores de baterías, o también de la fuente de producción de la electricidad que alimentará las baterías-, así como el destino final de las baterías (y de los coches o aparatos de los que forman parte). Cuestión esta última todavía lejos de estar resuelta, si es que tiene solución propiamente dicha.

Litio de reciclaje y reciclaje de litio

Otra fuente de litio la constituirían las baterías recicladas. Sin embargo, un análisis reciente de la Directiva Europea de Baterías UE 2006/66/EC arrojó limitaciones tanto en lo que respecta a la recolección de residuos que contienen baterías como en la baja eficiencia en la recuperación de materiales que han impedido que esa Directiva cumpla con sus objetivos de aumentar los volúmenes de recogida extrayendo más baterías de los aparatos eléctricos. Faltan además disposiciones legales para incorporar las novedades tecnológicas y los nuevos usos de las baterías por ejemplo en bicicletas y coches eléctricos o aspiradoras robot.

Progresión de los precios del litio

En cuanto a su precio, el litio ha experimentado un sube y baja importante y llamativo en los últimos años. De los 2500 US$ que costaba en 2004 la tonelada de litio, subió en 2018 hasta alcanzar los 18.000 US$ debido a los planes de impulsar el vehículo eléctrico y las políticas que sustentan la idea. A finales de 2019 sin embargo el precio se desplomó por debajo de la mitad de esa cantidad debido a la sobreoferta causada por el boom.

Si solo fuera litio…

Todo este boom no viene sólo. Al mismo tiempo que se fabrican masivamente baterías de iones de litio, se fabrican los aparatos en los que van insertas las baterías, y para su fabricación se multiplica al mismo tiempo la demanda de muchas otras materias primas como cobalto, níquel, grafito, cobre, manganeso y metales raros. Con el aumento de la extracción de estos metales se multiplican lógicamente los impactos.

Progresión de la demanda europea de litio según la Comisión Europea

Notas:

1 Servicio geológico de los Estados Unidos

2 Servicio geológico de los Estados Unidos

3 A partir de diciembre 2010

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Guadalupe Rodríguez
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Written by Guadalupe Rodríguez

Solidaridad con la resistencia y análisis de políticas que impulsan el extractivismo en sus diversas formas. Mirando al Sur. Salva la Selva. Red YLNM.

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