El rey de España festeja los monocultivos industriales en el Día Internacional de los Bosques

Extraña manera de celebrar el Día Internacional de los Bosques encontró el monarca español. Participar en un acto impulsado por ‘Juntos por los Bosques’, colectivo del sector forestal, es decir, con quienes impulsan las plantaciones forestales también denominados monocultivos, que tienen el fin de abastecer de materia prima a sus industrias (de muebles, celulosa y papel, energía) y explotar comercialmente la madera. El acto contó con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Xunta de Galicia y nutrida presencia de autoridades como el propio presidente Feijóo.

Desde 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora el día 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques. Este año, su lema es “Los Bosques y la Educación” con el argumento de destacar la educación como medio indispensable para aprender a amar los bosques. Y está destinado a incidir en la importancia de todos los tipos de bosques y al mismo tiempo generar una mayor conciencia al respecto.

Pero por lo que se ve, quienes defendemos los bosques con el corazón y apoyamos a las comunidades que los habitan y cuidan, tenemos todavía mucho por hacer para desenmascarar las políticas mal encaminadas.

Instituciones como precisamente la ONU hablan de “lograr una gestión sostenible de las zonas forestales y avanzar en la conservación de la biodiversidad”. Sin embargo, sus planteamientos y políticas contienen elementos contrarios a este objetivo y son terriblemente confusas. La FAO como organismo de la ONU no ha tenido voluntad para hacer una distinción entre plantaciones forestales y bosques naturales, metiendo ambos conceptos en el mismo saco bajo la denominación unitaria de “bosques”.

Pero no. Los bosques y las plantaciones o monocultivos de árboles no son lo mismo. Los bosques, que cubren un tercio de la superficie del planeta son ecosistemas naturales llenos de vida que albergan a comunidades que los habitan y que dependen de ellos para sus vidas.

En torno a 1.600 millones de personas incluidas más de dos mil culturas indígenas viven en los bosques del mundo. Las plantaciones industriales son por el contrario vastas extensiones de árboles a menudo monoespecíficas, deshabitadas, sin biodiversidad significativa y que no constituyen un ecosistema natural, sino una especie de fábrica de madera destinada a su explotación comercial.

Además, los bosques juegan un rol fundamental en la conservación de los suelos y el agua, previenen las avalanchas, impiden la desertificación y protegen las zonas costeras. Suministran madera, leña, alimentos, forraje, aceites esenciales, gomas, resinas y látex, medicinas y sombra.

Es verdad, como señala la Casa Real en su comunicado, que “los bosques sanos ayudan a crear comunidades fuertes y resilientes y aumentan la prosperidad de sus economías”. Pero el afán de la industria maderera choca a menudo con este objetivo, al sustituir los bosques naturales por monocultivos de árboles de crecimiento rápido, justificando la expansión de los mismos y centrándose únicamente en la explotación comercial de la madera bajo unos sellos que supuestamente certifican su “sostenibilidad”, pero que en realidad ocultan un lavado verde. De nada sirve por muy simbólico que se pretenda, proceder “al plantado de un árbol “ frente a la destrucción de bosques naturales y la promoción de la expansión de especies como el eucalipto y el pino por parte de la industria que patrocinó el acto.

De las instituciones esperamos actitudes más estrictas y menos sesgadas. Su apoyo a este tipo de iniciativas es lo que terminará de convertir a Galicia en un paisaje devastado por el monocultivo y los incendios que lo caracterizan, hacia lo que se avanza indefectiblemente año tras año desde hace décadas, con cualquier partido político que gobierne. Estamos cansadas de las mentiras verdes y las falsas soluciones al cambio climático, y al negacionismo de los problemas ecológicos que causan con sus políticas compradas y orientadas al lucro.

El acto en el que participó el rey Felipe VI tuvo lugar el 20 de marzo de 2019 en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Sergude, Boqueixón, A Coruña.